No se trata de una proclama para incentivar el libertinaje ni la promiscuidad, sino de una nueva ventana que se abre hacia la protección contra el contagio del VIH. Pese a que aún no es posible curarlo, otros equipos investigadores se enfocan más en encontrar una manera de detener los cerca de dos millones de personas infectadas anualmente y una nueva técnica mediante terapia génica demostró otorgar defensa absoluta a ratones con sistema inmune humanizado. Desde luego, la meta es extrapolar esto a nuestra especie.

La terapia génica utiliza virus genéticamente modificados para entregar a las células nuevo ADN. Una vez en su interior, se fusiona con el propio ADN de la célula y la “reprograma” para hacer algo nuevo. Aquí, científicos de Caltech lo incorporaron en células musculares “enseñándoles” cómo fabricar anticuerpos para el VIH.

Nunca son suficientes anticuerpos, porque al mutar sucesivamente hace poco efectivo nuestro sistema inmune. Entonces, aunque logre dar con el correcto, nunca alcanza para defender cada “flanco”. Pero una vez que los músculos comienzan a bombear anticuerpos, el VIH se ve abrumado y el cuerpo es capaz de protegerse a sí mismo.

El proceso fue exitoso en los roedores, pero aún hay cautela con el paso hacia la fórmula para humanos, ya que la terapia génica tiene el gran inconveniente de que es irreversible. Es decir, una vez reprogramadas las células, no se pueden “desreprogramar”. Por ende, en caso de resultar alérgico a algo que comiencen a producir, podrías encontrarte en graves problemas.

Pese a ello, la terapia es tan eficaz que sólo bastaría una inyección intramuscular para obtener protección por siempre y -además- dos tipos de anticuerpos fueron “completamente protectores” incluso al exponer a los ratones a dosis cien veces más concentradas que las que podrías llegar a contagiarte de manera natural.

Como siempre, los investigadores esperan poder hacer la transición dentro de los próximos años, pero insisto: de resultar aplicable en humanos, no es un llamado a tener relaciones sexuales con cada persona que se te cruce. ¡No, no!